jueves, 15 de octubre de 2009

El señor Leotar

El señor Leotar desde pequeño escuchaba voces de los agujeros de las paredes de su casa. Además de ser un individuo muy comprometido con su música, pianista desde su niñez, quería hacer vibrar toda molécula del aire que lo rodeaba, a través de las bellezas que se dibujan en los pentagramas y no de los estruendosos sonidos q explotan el aire a través de monstruosos parlantes.
Leotar se inspiraba en las voces de los agujeros. Había buscado todos lo huecos de su casa y los había señalado con un marcador rojo, chicos medianos grandes había de distintos tamaños y distintas voces q tarareaban distintas canciones, había intentado abrir nuevos agujeros pero de estos no salía voces.

Leotar era el músico de los hoyos, así se había autodenominado, aunque su único disco nunca se vendió y solo su familia y amigos iban a los recitales y solo se quedaban un rato. El era feliz igual con su música por q decía q las moléculas de aire vibraban a su alrededor, le rozaba el cuerpo relajando su mente, sentía como si fueran burbujas de agua que al rozarlo explotaban era una multiplicación por billones y billones.

Nunca dejo de escuchar las voces, pero si de tocar y de sentir al aire a su alrededor, una artritis avanzada a los 55 años lo obligo a abandonar el piano.

Un día el sentado en su sillón escucho en el cuarto de piano una horrorosa composición musical, al ver quien tocaba se sorprendió era su nieta quien estudiaba piano hace 5 años se acerco a darle consejos y al sentarse con ella sintió otra vez las moléculas de aire en su cuerpo, miro a su nieta esta le sonrío.

Desde ese momento cuando su nieta tocaba el único q estaba a su lado era su abuelo